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La privacidad es el derecho de toda persona a no ser molestada y elegir que determinadas partes de su vida no sean conocidas por los demás. La privacidad suele abarcar las relaciones familiares, la vida sexual, las comunicaciones personales, las creencias religiosas, el domicilio de las personas y la salud, entre otros. Este derecho es importante para que las personas tengan un proyecto de vida, vivan de manera digna y sin presiones o injerencias de otros.
La tecnología es útil para atender necesidades gubernamentales o de las empresas privadas a través de la recolección de información personal. No obstante, en muchos momentos, el tipo y cantidad de información que es recolectada alcanza niveles insospechados en tiempos análogos. Esto otorga un poder muy amplio sobre la información de las personas.
Esto suele pasar sin el conocimiento ni autorización de las personas, a pesar de que puede haber información sensible en las propias bases de datos u obtenida fruto de su cruce, como su estado económico o de salud. Habitualmente, estas actividades escapan del escrutinio público por la opacidad de las empresas y autoridades en la recolección, uso y administración de la información. En muchos casos, no hay garantías de que la información sea correcta, precisa y esté actualizada, ni de que esta no vaya a terminar en manos de terceros.
El derecho a la privacidad no es absoluto y puede ser sujeto a limitaciones. Estas deben cumplir requisitos de legalidad, transparencia y seguridad y optar por las soluciones menos invasivas. Además, expertos sobre la protección de la privacidad y los derechos humanos han insistido en que se debe garantizar el anonimato y en que los fines para los que se use esa información deben ser específicos y limitados.
Este apartado tiene la información sobre temas que puedan impactar la privacidad, incluyendo el cruce o reutilización de datos personales.